viernes, 21 de diciembre de 2018

FELIZ NAVIDAD 2018

FELIZ NAVIDAD

Creer que Dios se ha hecho carne, es una locura. 
Creer que ha comenzado un mundo nuevo y que lo habita una humanidad nueva, es una locura. 
Creer que la justicia y la paz nos habitan, es una locura. 
Ser cristiano es una locura. Bienvenidos a la locura de creer.


lunes, 26 de noviembre de 2018

Comunicado de las XXIV Jornadas Generales de Pastoral Obrera

Con el lema “Acompañar en la precariedad” el Departamento de Pastoral Obrera, de la CEAS de la Conferencia Episcopal Española ha celebrado del 23 al 25 de noviembre en Avila las XXIV Jornadas generales de Pastoral Obrera, cuyo objetivo ha sido profundizar en cómo acompañar a las personas empobrecidas del mundo obrero.

La ponencia presentada por D. José Luis Segovia Bernabé, Vicario de Pastoral Social e Innovación de la Archidiócesis de Madrid, ha señalado la necesidad de reconocer que la precariedad, fruto de la injusticia en el trabajo y de la vulneración de los derechos personales de los trabajadores y los derechos sociales de las familias, es un elemento de este sistema que deshumaniza; evitable, por tanto.

Ha invitado a no olvidar que está en la misma naturaleza de la Iglesia acompañar en la precariedad la vida de tantos trabajadores desde la encarnación en sus mismas condiciones de vida, haciéndose Sacramento de la impotencia compartida. Desde esta sacramentalidad, que hemos de vivir toda la Iglesia, hemos de ofrecer a Jesucristo, salvación para todos, en la tarea política de construir humanidad que sane, reconstruya, y reconcilie la relación humana, social y con la creación.

Hemos compartido la experiencia de acompañamiento en la precariedad, desde la Asociación de Barrios ignorados de Andalucía, que nos ha llamado la atención sobre las fracturas vitales que la precariedad provoca, la pobreza que genera, el aislamiento y descarte social de familias enteras, especialmente de los jóvenes que los habitan, a quienes se aboca a un presente de exclusión, carente de sentido y un futuro sin esperanza.

La experiencia del acompañamiento al precariado desde el sindicato, que hemos escuchado, nos reafirma en la necesidad de pedir a las organizaciones sindicales que realicen su imprescindible función social, poniendo en el centro a los trabajadores precarizados, a los desempleados, a los trabajadores pobres, para, como pide el Papa Francisco, construir justicia juntos.

Desde esas reflexiones y experiencias hemos acogido retos y llamadas:

A hacernos Sacramento de la impotencia compartida viviendo en la precariedad, como Iglesia que habita en medio de las casas de sus hijos e hijas para poder compartir en la esperanza su propio camino de humanización. La evangelización pasa por el camino de la compasión, de la pasión compartida, para crecer en comunión con los empobrecidos.

A recordar a toda la Iglesia el ineludible camino de seguimiento de Jesucristo en medio de los gozos y las tristezas de toda la humanidad y, especialmente, del mundo obrero que comporta nuestra fe. El mundo obrero precarizado y empobrecido sigue existiendo. Solo con los pobres podremos recorrer los caminos del Evangelio.


A exigir de todas las Administraciones la inclusión social de todos los descartados -personas, familias, barrios- mediante políticas que hagan reales los Derechos Humanos: derecho a trabajo decente, a vivienda, a educación, salud... Y a exigir que realicen su tarea ineludible al servicio del Bien común desde la restauración de la dignidad del trabajo humano, de las personas trabajadoras y sus familias.

Como dice el papa Francisco, “cualquier forma de trabajo tiene detrás una idea sobre la relación que el ser humano puede o debe establecer con lo otro de sí.” (LS 125) “El hombre es el autor, el centro y el fin de toda la vida económico-so­cial. No obstante, cuando en el ser humano se daña la capacidad de contemplar y de respetar, se crean las condiciones para que el sentido del tra­bajo se desfigure. (CA 37) Tenemos necesidad de preservar el trabajo humano, por eso es necesa­rio que se siga buscando como prioridad el objetivo del acceso al trabajo por parte de todos.” (LS 127)

“El gran objetivo debería ser siempre permitirles a los pobres una vida digna a través del trabajo, porque el trabajo es una necesidad, parte del sentido de la vida en esta tierra, camino de ma­duración, de desarrollo humano y de realización personal.” (LS 128)

En la precariedad, la esperanza. ¿Cómo hacer para no dejarse robar la esperanza en las «arenas movedizas» de la precariedad? Con la fuerza del Evangelio.[1]

En este día contra la violencia de género en que hemos orado desde el dolor de las víctimas, y con esta esperanza, nos convocamos para la celebración el año próximo de las XXV Jornadas, en la celebración del veinticinco aniversario de la publicación del documento de la CEE “La Pastoral Obrera de toda la Iglesia”.

ÁVILA, 25 de noviembre de 2018.
Fiesta de Jesucristo, rey del Universo.




[1] MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO A LOS PARTICIPANTES EN EL CONGRESO NACIONAL  DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL ITALIANA (CEI)  [24-26 DE OCTUBRE DE 2014, SALERNO] 

miércoles, 3 de octubre de 2018

Manifiesto por la Jornada Mundial por el trabajo decente 2018

Con motivo de la celebración de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente del 7 de octubre, las entidades promotoras de la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente hacemos un llamamiento a todos los agentes que participan en la organización política y social del trabajo a reflexionar, a tomar las medidas necesarias y los esfuerzos oportunos para que el trabajo decente sea una realidad universal e inmediata. «Es imprescindible la colaboración de todos, especialmente de empresarios, sindicatos y políticos, para generar ese empleo digno y estable, y contribuir con él al desarrollo de las personas y de la sociedad. Es una destacada forma de caridad y justicia social» (Iglesia, servidora de los pobres, 32)[1].
Esta convocatoria es una constatación, cada vez mayor a nivel internacional de la preocupación por la cuestión y la importancia del trabajo decente. La Organización Internacional del Trabajo (OIT), el movimiento sindical mundial (CSI) o el Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos (MMTC) son instituciones que, además de promover esta jornada mundial, están comprometidas en abordar el futuro del trabajo desde la perspectiva del trabajo decente, situando el foco en los sectores más vulnerables y desprotegidos.
La Iglesia no es ajena a esta realidad. En palabras del papa Francisco «Cuando la sociedad está organizada de tal modo, que no todos tienen la posibilidad de trabajar, de estar unidos por la dignidad del trabajo, esa sociedad no va bien: ¡no es justa! Va contra el mismo Dios, que ha querido que nuestra dignidad comience desde aquí. La dignidad no nos la da el poder, el dinero, la cultura, ¡no! ¡La dignidad nos la da el trabajo!”. Y un trabajo digno, porque hoy “tantos sistemas sociales, políticos y económicos han hecho una elección que significa explotar a la persona”[2].
En España la situación sigue siendo dramática para millones de personas. Nuestro injusto marco laboral y social[3] desplaza y descarta a millones de personas del acceso a un trabajo digno. Somos líderes en pobreza laboral[4], insostenible desempleo, hogares con todos sus miembros en paro, normalización de la contratación temporal y precaria, por no hablar de la pérdida de la vida o la desprotección de quienes son descartados del trabajo.
Sensibles a esta realidad y conscientes de la importancia de establecer puentes y favoreciendo mirando al mundo desde estas periferias pensamos que esta jornada mundial es un buen momento para reflexionar sobre cómo podemos avanzar para generar un trabajo decente:
·          Es necesario configurar un sistema económico que ponga en el centro a las personas y al medio ambiente a través de un sistema de relaciones laborales más justas, igualitarias, solidarias y sostenibles. Necesitamos un sistema que considere que el trabajo es un bien para la vida. Es urgente garantizar la protección física y psicológica de todos sus trabajadores y trabajadoras  así como la conciliación con la vida familiar.
·          Es necesario que los poderes públicos se comprometan con la construcción de un sistema económico y laboral más justo: Derogando las normas que precarizan la vida de las personas; favoreciendo el acuerdo mediante el diálogo social; asignando partidas presupuestarias destinadas a apoyar la creación o la transformación de empresas que desarrollen estos criterios y generen prácticas laborales acordes con la dignidad de todos los trabajadores y trabajadoras.
·          Existen empresas que en su actividad cotidiana están desarrollando estos criterios. Es importante visualizar estas respuestas, que es posible funcionar de otra manera y que reciban el apoyo de toda la sociedad.
·          Como entidades de la Iglesia consideramos que estas experiencias son ejemplos reales de buenas prácticas que nos enseñan caminos de humanización acordes al proyecto que Dios tiene para todos y todas.

Toda la comunidad cristiana está llamada a visibilizar y denunciar la situación de desigualdad en el acceso al trabajo decente y la negación de dignidad que esto supone y a apoyar a todas aquellas realidades laborales que favorecen el trato de dignidad y justicia que todas las personas tienen.
Por ello, la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente animamos a participar en los actos reivindicativos y de oración convocados para toda la jornada en todas las diócesis de nuestro país.
Madrid, octubre de 2018


[1] Conferencia Episcopal Española
[2] Homilía sobre el trabajo. Ciudad del Vaticano, 2 mayo 2013.
[3] Iglesia por el trabajo decente (ITD), mayo de 2018
[4] OCDE, 2018.

sábado, 21 de julio de 2018

La HOAC reclama un modelo de desarrollo inclusivo y solidario respetuoso con la dignidad de la persona y con la casa común

La HOAC reclama un modelo de desarrollo inclusivo y solidario, respetuoso con la dignidad de la persona y con la casa común

Del 16 al 22 de julio, hemos celebrado en la Residencia de los Padres Paúles, de Salamanca, los Cursos de Verano de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), 300 personas representando a 42 diócesis han participado en este espacio de oración, diálogo y profundización, con un clima de convivencia y fraternidad. También hemos contado con la presencia de Carlos López Hernández, obispo de Salamanca. 

A través de distintas jornadas hemos reflexionado sobre cómo acompañar desde las responsabilidades de consiliaria y animación de la fe la vivencia del compromiso apostólico y de la formación con la experiencia del amor de Dios en nuestras vidas y en la vida del mundo obrero y del trabajo.

Hemos escuchado, profundizado y dialogado, con personas comprometidas en la cultura del trabajo; con los principales dirigentes de los sindicatos del país, y con representantes de asociaciones de trabajadores y trabajadoras, sobre cuáles son los retos que la realidad de precariedad, paro y exclusión plantea al mundo obrero y del trabajo y cómo responder ante las dificultades del trabajo con justicia y fraternidad.

Hemos puesto en común experiencias de nuestro compromiso social, sindical y político que intentan ser expresión de la misericordia de Dios con nuestros compañeros y compañeras del trabajo. Y hemos orado desde nuestro ser Iglesia, potenciando la espiritualidad y la mística militante. 

En el marco de estos días, también hemos tenido la oportunidad de compartir la Eucaristía en la parroquia de San Sebastián, junto con la unidad pastoral del centro histórico de Salamanca.

Hemos hecho visible, con una representación en la plaza de Anaya, las situaciones de injusticia, pobreza y exclusión que el sistema nos quiere implantar que, como dice el papa Francisco, es una lógica económica que “mata” y que descarta a la persona.

Queremos subrayar que el futuro del trabajo pasa por situar a la persona en el centro “de la cuestión social” y haciendo efectiva la solidaridad. Esta sociedad solo podrá ser decente en la medida que sea capaz de procurar trabajo digno para todos los hombres y mujeres. 

Con todo ello, queremos afirmar que: 

1) El trabajo ha ido pasando progresivamente de ser un bien para la vida a ser un instrumento para la producción. La deshumanización del trabajo coloca a la persona en una peligrosa situación de vulnerabilidad y exclusión social. 

2) Muchos trabajadores y trabajadoras están sufriendo una gran precariedad. Y esta precarización del trabajo que estamos padeciendo supone también la degradación de la empresa y de la economía, por lo que estamos llamados a repensar el sentido y la función que realmente deben tener para que sirvan al bien común. 

3) Creemos que, ante la situación de insolidaridad estructural que se vive en todo el mundo, respecto a los trabajadores y trabajadoras, es esencial nuestro compromiso sindical en la pobreza y en la debilidad del mundo obrero, para ser testigos vivos de un proyecto de humanización, uniendo amor y justicia. Creemos en el papel estratégico de las organizaciones de trabajadores, pilares fundamentales de la democracia que, mediante el diálogo social y la negociación colectiva, construyen sociedades más justas. 

4) Como creyentes en Jesús de Nazaret, y consecuentes con la Doctrina Social de la Iglesia, reafirmamos la centralidad de la persona humana y el derecho al trabajo decente en un modelo de desarrollo inclusivo, solidario y respetuoso con la casa común.

Salamanca, 20 de julio de 2018

lunes, 21 de mayo de 2018

Día de la Hoac 2018


HOAC DE CIUDAD REAL    

Querida amiga, querido amigo:

Mediante esta carta te invitamos a celebrar el Día de la HOAC con nosotras y nosotros el domingo 27 de mayo en la Parroquia de S. Juan Bautista de Ciudad Real (calle Camino Viejo de Alarcos, 32, a continuación del Pabellón Ferial). Allí celebraremos la Eucaristía a las 12.30 horas, seguida de puñao y limoná, y a las 14.30 tendremos la comida compartida en los salones parroquiales. Disfrutaremos la sobremesa y a partir de las 16:30 desarrollaremos entre todas y todos la dinámica “Tú puedes hacerlo posible”.

La convocatoria de este año abre un diálogo para favorecer y profundizar en las respuestas que son necesarias ante la falta de trabajo decente. El Día de la HOAC de 2018 es una jornada de celebración, festiva y reivindicativa que convoca a trabajadores y trabajadoras, a militantes de la HOAC, amigos y amigas, familiares, organizaciones sociales y eclesiales que comparten con la este movimiento de Acción Católica especializada la dignidad del trabajo y el trabajo decente.

Además te hacemos llegar el cuaderno que, como cada año, editamos con motivo del Día de la HOAC: “Tú puedes hacerlo posible” (cuaderno nº 15).

Confiando en vernos el 27 de mayo en S. Juan Bautista, recibe un cordial abrazo en Cristo Obrero y ¡hasta mañana en el altar!
                                                                       La Comisión Diocesana
de la Hermandad Obrera de Acción Católica
de Ciudad Real.

lunes, 30 de abril de 2018

Manifiesto por el Primero de Mayo

SUMANDO FUERZAS POR UN TRABAJO DECENTE
Las entidades promotoras de la Iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) –Cáritas, Conferencia Española de Religiosos (CONFER), Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), y Juventud Obrera Cristiana (JOC)— unimos nuestras voces y fuerzas en este 1º de Mayo, fiesta de los trabajadores y de San José obrero, para celebrar el sentido creador del trabajo, clave para el desarrollo humano, integral y solidario, y para denunciar la falta del trabajo decente para todas y todos en nuestra sociedad.
Como Iglesia, que quiere ser buena noticia en nuestro mundo, nos hacemos presentes y nos posicionamos en contra de aquellas situaciones que atentan contra la dignidad de las personas.
El sistema configura una sociedad donde el trabajo no es un bien para la vida sino un instrumento al servicio del capital por encima de la persona. La deshumanización del trabajo sitúa a la persona en una peligrosa situación de vulnerabilidad y exclusión social.
Nuestro actual sistema económico se apoya en un mercado laboral caracterizado por los elevados índices de desempleo (casi 3,8 millones de parados a nivel nacional y 179.300 –un 23% de la población activa- en la provincia de Ciudad Real, según  la EPA del 1 Trimestre de 2018) y de la temporalidad, la pobreza de muchos trabajadores, la precariedad de las redes de protección social (especialmente en lo que se refiere a las coberturas por desempleo y la cuantía de las pensiones), los bajos salarios, el incremento de la inseguridad laboral, la reducida representación y participación sindical, y las dificultades para conciliar vida laboral y familiar.
Detrás de este injusto marco laboral y social se esconden dramáticas historias personales de frustración, inseguridad y explotación, de las que somos testigos directos porque compartimos la vida con las personas que las sufren y las padecemos, también con frecuencia, en nuestras propias vidas.
Ante esta realidad de desigualdad y exclusión que afecta a millones de trabajadores y trabajadoras, las entidades que participamos en la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente recordamos que «la política económica debe estar al servicio del trabajo digno. Es imprescindible la colaboración de todos, especialmente de empresarios, sindicatos y políticos, para generar ese empleo digno y estable, y contribuir con él al desarrollo de las personas y de la sociedad. Es una destacada forma de caridad y justicia social» (Conferencia Episcopal Española, Iglesia, servidora de los pobres, 32).
Como señalan los obispos españoles, «la política más eficaz para lograr la integración y la cohesión social es, ciertamente, la creación de empleo. Pero, para que el trabajo sirva para realizar a la persona, además de satisfacer sus necesidades básicas, ha de ser un trabajo digno y estable». Y añaden que fue el propio Benedicto XVI quien «lanzó un llamamiento para “una coalición mundial a favor del trabajo decente” y que la apuesta por esta clase de trabajo es el empeño social por que todos puedan poner sus capacidades al servicio de los demás. Un empleo digno nos permite desarrollar los propios talentos, nos facilita su encuentro con otros y nos aporta autoestima y reconocimiento social».
Con motivo de la celebración de este Primero de Mayo, defendemos y reivindicamos:
-  Situar a la persona en el centro de la vida política, de las relaciones laborales y del trabajo.
-  Proteger el derecho al trabajo decente para posibilitar un desarrollo integral de la persona, donde el trabajo sea generador de dignidad para la vida.
-  Lograr la igualdad de oportunidades y trato para todos los hombres y todas las mujeres.
-  Garantizar que el trabajo permita desarrollar nuestra vocación y sirva para aportar nuestros dones a la construcción de la sociedad desde el bien común.
-  Reconocer social y jurídicamente el trabajo reproductivo, para poner en valor aquellos trabajos de cuidados que posibilitan y sostienen la vida.
-  Afirmar la seguridad y la salud en nuestro ámbito de trabajo, bajo unas condiciones laborales que no atenten contra la integridad física y psíquica de la persona, y que garanticen la protección social del trabajador.
-  Alcanzar libertad en la empresa para que, como personas expresemos nuestras opiniones, podamos ejercer nuestro derecho a organizarnos colectivamente y participemos de las decisiones que afectan a nuestras vidas.
-  Promover la conciliación real laboral y familiar, mediante la creación de ritmos y mecanismos que posibiliten el desarrollo integral de la persona en la esfera laboral, familiar, cultural y espiritual.
-  Lograr que el acceso a los derechos para una vida digna, como sanidad, vivienda o educación, entre otros, no estén condicionados a tener o no un trabajo.
Como Iglesia en medio del mundo, nuestros movimientos y entidades participan en esta realidad social y sufrimos sus efectos deshumanizadores, lo que nos pone en alerta para cuestionar nuestros estilos de vida y revisar su coherencia a la luz del estilo de vida de Jesús de Nazaret.
Somos denuncia profética mientras somos alternativa; y nos acercamos y somos fieles al Evangelio si somos testigos de aquello que reivindicamos. Tenemos conciencia de la misión y el compromiso de ser levadura en la masa, y de la urgencia de crear nuevos mecanismos y relaciones humanas que posibiliten una vida y un trabajo digno para todos.
Como gesto profético, en este 1º de Mayo invitamos a las distintas comunidades cristianas a celebrar la Eucaristía en acción de gracias por el don del trabajo humano y como signo de solidaridad con quienes sufren la deshumanización del trabajo.
Invitamos, igualmente, a participar en aquellas actividades que convoquen las organizaciones sindicales para exigir un trabajo decente acorde con la dignidad de toda persona y de todas las personas.
Ciudad Real, 30 de abril de 2018.


sábado, 28 de abril de 2018

CELEBRAR LA SEGURIDAD LABORAL




COMUNICADO DE LA HOAC DE CIUDAD REAL ANTE EL 28 DE ABRIL:
DÍA INTERNACIONAL DE LA SALUD Y SEGURIDAD EN EL TRABAJO.
  
Como cada año, el 28 de abril celebramos el Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo. La Hermandad Obrera de Acción Católica con la Pastoral Obrera de Ciudad Real quieren un año más sumarse a esta jornada. En 1996, el movimiento sindical empezó a celebrar en todo el mundo el entonces llamado Día Internacional en Memoria de los Trabajadores Fallecidos y Heridos en accidente de trabajo o por enfermedad profesional. En 2003, a petición de dicho movimiento, la Organización Internacional del Trabajo se involucró en su celebración, con el ánimo de avivar la conciencia  y el compromiso sobre esta problemática en todos ¨los tajos¨ del mundo, para que esta dimensión del trabajo y de la persona sea una prioridad en las distintas instancias sociales e institucionales y no una mera declaración de intenciones.

La seguridad y salud laboral está inevitablemente unida a la calidad del trabajo y, entre otros aspectos, se concreta en un empleo estable, en unas condiciones materiales y psicosociales adecuadas y en unos cauces de representación sindical bien establecidos y protegidos por la legislación.

Desgraciadamente sigue siendo necesario conmemorar este día. Sin ir más lejos, el año pasado sufrimos prácticamente 583.000 accidentes laborales con baja en nuestro país, un 5% más que el año anterior. De ellos, más de 4.800 fueron graves y 618 mortales. Es decir, en 2017 en España murieron en 2017 una docena de trabajadores cada semana. Además:
·         Cada día, 13 trabajadores padecieron un accidente grave.
·         Cada día, más de 2.000 trabajadores tuvieron un accidente sin baja laboral.
·       En Castilla-La Mancha ha subido considerablemente el número de accidentes: leves (un 1,5% más), graves (un 1,1% más) y mortales (un 2,8% más: 37 muertes; de ellas 11 en la provincia de Ciudad Real).

Los datos sobre siniestralidad laboral en España no dejan de empeorar desde hace cinco años, justo el tiempo que lleva vigente la última reforma laboral. Esto no es casual, sino causal. La relación entre precariedad laboral y siniestralidad pone de manifiesto la perversión legal de la reforma laboral de 2012.

La vida humana es algo tan grande, tan sagrado, que nunca debería ser tratada como moneda de cambio. La vida de quienes trabajan no puede seguirse considerando una variable económica más, sino el centro a cuyo servicio ha de ponerse todo lo demás, incluida la economía.

Para la Doctrina Social de la Iglesia, la dignidad de la persona, la salud y la vida de la persona trabajadora ha de estar por encima de cualquier otro objetivo económico o factor de producción. El valor del trabajo no reside únicamente, en su rentabilidad económica, ni siquiera en el producto o servicio que genera, sino, sobre todo, en que sea fuente de vida para las personas del trabajo, para las familias y para el conjunto de la sociedad.
La HOAC con la Pastoral Obrera de Ciudad Real nos unimos a todas aquellas personas y organizaciones sociales y eclesiales comprometidas en la transformación de esta realidad para hacer que el trabajo sea una fuente de vida y no de destrucción. Llamamos al conjunto de la Iglesia y de la sociedad a que no permanezcamos indiferentes y hagamos nuestro el dolor y las esperanzas  de nuestros hermanos y hermanas del mundo del trabajo.
                                                                   Ciudad Real, 28 de abril de 2018

   

lunes, 5 de marzo de 2018

8 de Marzo: Día Internacional de la Mujer Trabajadora.


COMUNICADO ANTE EL DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER TRABAJADORA: IGUALES EN DIGNIDAD, IGUALES EN DERECHO

La JOC (Juventud Obrera Cristiana), la HOAC  (Hermandad Obrera de Acción Católica) y Mujeres y Teología de Ciudad Real, como Iglesia encarnada en la sociedad junto a quienes sufren las injusticias, hacemos nuestros los sufrimientos y la indignación que provocan las desigualdades que sufren las mujeres porque a día de hoy:
§         Siguen cobrando menos por realizar el mismo trabajo que los hombres, estableciéndose una brecha salarial que se sitúa en el 30%.
§         Más de dos  millones de mujeres quieren trabajar y no pueden. Las dificultades para encontrar empleo son históricamente mayores: la tasa de paro en la provincia de Ciudad Real es prácticamente el doble para las mujeres que para los hombres (según la EPA IV Trimestre 2017, es del 30,92% para las mujeres y del 17,37% para los hombres).
§         La pobreza tiene rostro de mujer. Más de dos millones de mujeres trabajan a tiempo parcial  provocando que, pese a que hayan  trabajado a lo largo de toda su vida, sigan siendo mujeres trabajadoras y pobres.
§         Casi el 90% de las personas que optaron voluntariamente por trabajar a tiempo parcial para hacerse cargo del cuidado de familiares  son mujeres. La multitud de cargas y tareas que soportan les  impide una conciliación real entre trabajo y familia.
§         Según las estadísticas, más del 85% de las responsabilidades siguen copadas por profesionales masculinos, colocando así a la mujer ante un techo de cristal invisible.
§         Existe una violencia de género estructural insoportable que atenta directamente a la vida. 48 mujeres han sido asesinadas en 2017 en España.
Por eso:
  • Reivindicamos un cambio del sistema económico y cultural que valore el cuidado y sostenibilidad de la vida, la dignidad y el bien común, y no nos reduzca a bienes de producción y consumo.
  • Pedimos una conciliación familiar real que nos permita compartir los cuidados y la vida, sin renunciar al desarrollo profesional.
  • Exigimos a las instituciones y a los responsables políticos el cumplimiento de las leyes hechas por la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres.
  • Condenamos todo tipo de violencia contra la mujer. Para ello es necesario que juntas y juntos construyamos  diferentes maneras de relacionarnos  y comunicarnos en el mundo laboral, familiar, de lenguaje, educacional… 
  • Consideramos fundamental promover una educación basada en valores de igualdad, respeto, solidaridad, empoderamiento y complementariedad, en la que se derrumben cánones impuestos de feminidad y masculinidad que no permiten desarrollarnos de manera integral como personas libres.
Por todo esto, desde la JOC , la HOAC y Mujeres y Teología de Ciudad Real, nos sentimos llamadas y llamados a celebrar el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, junto al resto de compañeras y compañeros de las organizaciones sindicales y feministas nos sumamos a la movilización, especialmente al paro laboral, para visibilizar las discriminaciones que sufren las mujeres trabajadoras en el acceso y en el empleo, y dar voz a tantas mujeres heridas por este sistema patriarcal, deshumanizador y tan contrario a los planes de Dios para la humanidad.